En
Asia Menor se han encontrado restos del Paleolítico que demuestran que en el
6.000 a. C. se produjo el paso de las tribus nómadas, con la caza como medio
fundamental de supervivencia, a las tribus sedentarias dedicadas a la
agricultura.
El Imperio Hitita
Hacia
el año 1800a.C. se funda el primer estado indoeuropeo. Son los Hititas quienes
lo consiguen a base de conquistas, llegando incluso a dominar Babilonia, así
como por los contratos que concedían autonomía a los pueblos bajo su dominio
siempre y cuando no opusieran resistencia. Se mantuvo hasta el año 1.200 a. C
las invasiones de los tracios y los pueblos del mar acabaron con el imperio,
dejando tan sólo pequeños asentamientos.
URARTIOS, FRIGIOS Y LICIOS
Del
siglo IX al VI a.C. los urartios tomaron el relevo de los hititas. Su imperio
se desarrolló en la zona que se encuentra entre los lagos Van, Sewan y Urmia.
Los urartios fueron enemigos acérrimos de los asirios que acabaron con su
independencia con ayuda de los cimerios y los medas.
Los
cimerios, a su vez, consiguieron acabar con otra de las sociedades que habían
desarrollado una cultura propia, los frigios. A pesar de que hasta el año 546
a.C. se conservaron algunas ciudades importantes cerca de Afyon, la invasión de
los persas acabó definitivamente con ellos. Las otras dos sociedades que
también conservaron su independencia hasta la llegada de Cirio el Grande fueron
los liceos y los carros, ambos con un desarrollo cultural realmente importante.
LOS GRIEGOS Y LOS ROMANOS
Mientras
los habitantes autóctonos de Asia Menor luchaban entre sí, los griegos fueron
estableciendo importantes ciudades en la actual Turquía. Así nació Mileto en el
VII a.C., Esmirna, Efeso y Priene, que en el año 500 a.C. deciden unirse para
crear la federación de ciudades jónicas. Esta federación fue decayendo tras la
destrucción de Mileto en el 494 a.C.
En
el 333 a.C. Alejandro Magno conquista la zona. A su muerte, los generales que
habían luchado a su lado se reparten el gobierno de Asia Menor que en el 133
a.C. pasa a ser provincia del Imperio Romano. Con la llegada de éstos se
reparten los territorios en las provincias de Asia, Cilicia, Licia y Panfilia,
más los estados Ponto, Capadocia y Armenia. La situación política se estabiliza
desarrollándose la economía y la cultura.
A
la vez que se produce la invasión de Alejandro Magno, Constantinopla es elegida
para ser la capital de la nueva Roma en el año 330 a.C., manteniendo su poder
hasta el 1.071 d.C. con la invasión de los selyúcidas que ocupan Anatolia y
llegan en poco tiempo hasta Nicea. Sin embargo, este pueblo que alcanza un
elevado nivel cultural, tampoco duró mucho tiempo, ya que los mongoles
conquistaron Asia Menor y lo disgregaron en pequeños principados.
EL IMPERIO OTOMANO
Partiendo
de uno de estos principados, el de Eskisehir, el líder Otomán fue ampliando su
territorio poco a poco hasta conquistar toda la costa de Bizancio. Sus
descendientes lo ampliaron aún más hasta que en 1.453 d.C. Mehmet II el
Conquistador, tomó Constantinopla, convirtiéndola en la capital de Imperio
Otomano. Las conquistas continuaron y Semilla I ampliaría el Imperio con la
invasión de Egipto llegando, incluso, hasta La Meca y La Medina. El sultán se
constituyó como jefe espiritual de todos los musulmanes. Durante el califato
del mítico Solimán El Magnífico, el territorio se extendió hasta Viena en el
año 1529.
En
ese momento el Imperio Otomano alcanza su mejor momento. Los califas otomanos
gobernaron durante 600 años gracias a un inteligente sistema político,
permitiendo distintos tipos de religión, idioma y cultura. Este sistema abierto
no sólo les facilitó el gobierno de pueblos muy distintos, sino que también
enriqueció notablemente su cultura y su arte.
Poco
a poco se fueron perdiendo territorios y ya en el siglo XVIII el debilitamiento
fue cada vez mayor hasta que desaparece el imperio, durante la Primera Guerra
Mundial y con la derrota de las potencias centrales, quedando el territorio
bajo mando de las tropas aliadas.
DE LA INDEPENDENCIA A NUESTROS
DÍAS
Anatolia
se convirtió en un reducto desde el que el general Mustafa Kemel, conocido como
Atatürk, emprendió la lucha por la independencia del pueblo Turco. La guerra de
la Independencia (1919-1922), se llevó a cabo con escasos medios por parte turca.
Sin embargo, ante el asombro internacional, se consigue la victoria
estableciéndose, con la firma del Tratado de Lausana en 1923, la actual
República de Turquía.